martes, 14 de abril de 2009

01. Primer encuentro

Conocí al el Bueno en la primavera de 2008. Lo recuerdo bien porque era un día lluvioso en el que los pájaros trinaban. Raro, me acuerdo que pensé, porque los pájaros no cantan cuando llueve o al menos no los escuchamos. Luego de ese pensamiento, pasé por una puerta de madera vieja y así, todo mojado, entré al comedor donde me estaba esperando (en teoría). Ahí lo vi por primera vez: salía del baño acomodándose la bragueta. Esta imagen me hizo caer en la cuenta de que, finalmente, estaba tratando con un ser humano más que con un santo. Tal era la fama que lo precedía y motivo por el cual la revista para la que trabajaba me envió a entrevistarlo. Lo que escuché en los siguientes nueve días cambiaría mi vida para siempre: cada palabra de cada parábola (¡sólo hablaba de esta forma!) del ¨el Bueno¨ retumbó en mi cabeza en aquel entonces y lo sigue haciendo, como el recuerdo de un buen vino, hasta el día de hoy.

2 comentarios:

  1. Bueno, bueno.... ¿cómo seguirá esto?
    Por lo pronto estoy intrigada... ;)
    Te voy a seguir.
    Slds!

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  2. Gracias Anita. Tengo fe. Ahora la tengo. ¡Saludos y gracias!

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